Llevaban cuatro años separados y debían encontrarse el jueves por la mañana, a las 13.45 horas, en el Juzgado de Familia de Burgos, ya que la hija de ambos, de 17 años, deseaba renunciar a las visitas paternas, según confirmó el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Iñaki González sabía que esa vista oral iba a suponer el alejamiento definitivo de su hija. Durante los últimos años hizo la vida imposible tanto a la madre como a la hija. Conocedor de las costumbres y de los horarios de su ex pareja, decidió acudir a su vivienda para acabar con su vida.
Una vez finalizada su jornada laboral, en torno a las 23.30 horas, la periodista se dirigió en su vehículo al domicilio de Burgos en el que residía con su hija. El crimen tuvo lugar poco antes de las 12.00 horas en el aparcamiento subterráneo que comparten tres bloques de pisos de la zona. El agresor la abordó justo después de aparcar. Allí, según fuentes policiales, le asestó varias puñaladas que acabaron con su vida en unos minutos.
Nada pudo hacer el personal sanitario que se desplazó al lugar de los hechos tras recibir el aviso de una vecina que escuchó los gritos de Yolanda Pascual. Completamente atemorizada, la mujer abandonó apresuradamente el parking para informar de lo sucedido al 112. El agresor fue interceptado por los agentes nada más abandonar el garaje, del que logró salir tras hacerse con las llaves de la víctima. Delante de los primeros agentes de Policía que llegaron al lugar, admitió que había sido él que había apuñalado a su pareja en el garaje. Con manchas de sangre en su ropa, confesó el delito con una "frialdad total", según los investigadores, e incluso acompañó a los policías al contenedor en el había depositado el arma del crimen.
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